Memorias de un borracho perdido
Índice
Cena romántica
Sobrepasamos los objetivos
Solo una noche mas
hoy en tu ausencia
inmolada
una vida diferente
Aquel feliz recuerdo
desde las sombras
un amor idílico
la despedida
2 el fín de la carretera
3 atras de un mojito
5 cuando al despertar ...
6 eyaculación precoz
7 la tinaja repleta
8 amanecer de agosto
9 locura, dulce locura
10 salvación del alma
11 en el arroyo de luz
12 un perro muerto
13 retrato de caronte
Cena romántica
Hace ya algún tiempo que nos conocimos, la relación comenzó como todas, un poco de atracción y algunas cosas en común hicieron que se reforzaran nuestros lazos, la situación nos fue llevando de una cosa a la otra hasta que hace un par de noches nos encontramos en la misma reunión y compartimos placeres poco comunes.
La noche de ayer con el pretexto de que cumplimos años de conocernos le invité a cenar, una velada romántica, con velas, con vino, con juegos románticos, con música, todo lo normal que la situación ameritaba. Y aun que en nuestro círculo es algo común sentí la necesidad de compartilo con alguien y los escogí a ustedes.
Ayer, al principio de la noche, mientras estaba en el gimnacio para ejecutivos -o spa como insisten en llamarlo- que se localiza a un par de cuadras de mi hogar, platiqué con un joven de nombre Fabritzio, le comenté acerca de la cena que tenia preparada para sorprender a mi amada y dejé entrever que compartiamos gustos que pocas personas podian apreciar, entonces le solté directamente cual era el plan, invitarlo a compartír con nosotros una velada sensual y una experiencia diferente, el se mostró un poco reticente ante la situación, pero cuando le mostré la fotografia de Yuliana -mi amada- Fabritzio cambió de perecer, teniamos tratandonos en el gimnacio un par de meses, así que la situación se presentó mas fácil de lo que esperaba.
Pasamos por ropa formal para él a su departamento, luego fuimos a por unos licores y vinos además de algo para comer, llegamos a mi hogar unos pocos minutos después, dejamos las botellas en el frigobar mientras tomamos unos vasos de vodka bien frio de una botella que yo ya tenia preparada, una hora después mientras platicabamos en la sala de estar llegó mi hermosa dama, hice las presentaciones pertinentes y segimos platicando mientras sonaba en el reproductor el cuarto movimiento de "apolo et iasintus", reimos y degustamos de los licores ya frios que habiamos llevadopara la ocación.
Me dirigí a la cocina y corté unas tiras de jamón serrano, queso goudá, salmón ahumado y en unas galletitas secas coloqué un poco de queso azúl, un poco de frutas cecas, regresé a la sala, y Yuliana se quitó los zapatos y se sentó junto a la mesita de centro donde habia dejado las charolas, yo me quedé en el sofá mientras mis piernas servian de respaldo a su esbelta silueta, Fabitzio sonrió desde el sillón frente a las piernas de mi amada, ella giró un poco el cuello, levantó el mantón y me regaló un beso, las lenguas se acariciaban dentro y fuera de las bocas propias y ajenas, luego nos soltamos ella se sonrió y tomando un poco de salmón me lo puso en la boca, luego tomó otro trozo y le preguntó a Fabritzio si queria mientras yo colocaba un cojín en el suelo al lado de Yuliana. La degustación de manjares continuó junto con la de los licores que poco a poco iban dejando su efecto entre los tres comensales.
Poco después de las doce de la noche Yuliana tomó la mano de Fabritzio y le regaló un beso y me jaló a mi con la otra mano hasta que mis labios besaron su hermoso cuello, siguió el movimiento de mi invitado hasta posar su mano sobre mi pierna, las caricias compartidas entre los tres siguieron alternandose con los licores, luego nos desnudamos mutuamente, la inhibición quedó atras y entonces ya un grado más que hebrios continuamos a la otra habitación, ahí tenia preparadas algunas cadenas y un yugo, algunos látigos y fuetes, sin mediar palabras Yuliana le tendió a Fabritzio un pequeño látigo y me llevó a mi hasta el yugo, me colocó los grilletes y tomó un fuete color carmín.
Ahora las caricias, besos y licores se entremezclaban con latigazos y golpes, alguna que otra sangria realizaba Yuliana sobre su propia piel, algo de tiempo despues me soltó y ella tomó el lugar en el yugo y continuamos así por algo mas o menos de una hora, luego la solté y sin decir palabra alguna el mismo Fabritzio tomó el lugar en el yugo y se encadenó en ese momento le brindamos a él mas caricias, mas besos, mas licor y solo uno que otro golpecillo con el látigo, el tiempo transcurrió entre jadeos y gemidos, luego Yuliana me hiso un pequeño corte en el antebraso y probó de mi sangre, luego levantó un poco mas el yugo y besó a Fabritzio, yo me agaché y comencé a acariciar a ambos.
Ella se veia muy felíz, luego acaricié a él en su propia virilidad y cuando la erección estaba en su punto más áljido, sin cruzar palabras y al tiempo que yo endia la vena caudal y ella succionaba la sangre de la aorta.
Unos minutos después ambos nos separamos del cuerpo sin vida y nos abrazamos, Yuliana me comentó "Me gusta cuando preparas tu la cena" y yo solo contesté "Felíz bicentenario amada mia"Sobrepasamos los objetivos ¿La noche de ayer?, si, ya recuerdo, estabamos felices en la oficina por que habiamos logrado sobrepasar los objetivos fijados por los directivos, y un grupo de compañeros y yo fuimos a festejar a una cantina, no tardamos mucho, la mayoria del grupo tenia que regresar a trabajar el día de hoy, solo cuatro de nosotros descansabamos y de esos tres decidimos continuar, así que despues de una botella mas hablé a casa para avisarle a mi querida Elisa. Nos fuimos a visitar dos cantinas mas, al rededor de las dos de la mañana se despidieron mis otros dos compañeros y yo me quedé en "la gloria", una cantina muy cercana a mi casa, con un grupo de vecinos que me habian invitado la siguiente ronda, mientras el poker subia en apuestas.
La cabeza comezó a darme vueltas y por un momento ví como las personas con las que compartia cambiaban de colores, y de forma, así que les dije que yo ya estaba muy hebrio, una forma desigual con borrones por ojos y solo una raya por naríz me dijo que jugaramos la ultima mano y el mismo me acompañaria a casa, acepté y apostamos las ultimas monedas y los ultimos cigarros y al final les dije que ya no tenia nada mas que perder mas que mi alma, todos los demás rieron y dejamos de jugar, el que se habia ofrecido a acompañarme ahora tenia piel azul y una barba de oxido y una boca enorme, se puso en pie y me preguntó si queria que me acompañara, yo asentí.
Un brazo escamoso se posó sobre mi hombro mientras pediamos un trago mas para la caminata hasta mi casa, salimos a la calle y el brazo escamoso dio paso a una masa fria y gelatinosa, el rostro azul dio paso a una cara mejor definida ahora podia verlo bien era un hombre con razgos femeninos, cejas delineadas, pomulos altos y un casco color gris y hueso, tenia ropas que se fundian en su cuerpo gelatinoso, la uñas eran de uvas pasas y su narìz era un pescado recien sacado del agua que aun boqueaba.
Cantamos la ultima canción que escuchamos en el sonido de la cantina y un coro de decenas de bocas nos acompañaron desde dentro de su ropa, su cuerpo se movia como un saco lleno de ardillas, llegamos hasta la esquina de mi calle y entonces algo me sacó de la embriaguez, mi casa estaba en llamas, dejé corriendo a mi acompañante, abrí la puerta y subí corriendo las escaleras, de la habitación donde dormimos Elisa y yo salió una risa, me asomé y una mascara neblinosa se me abalanzó tratando de morderme, así que fui a la cocina y tomé una cuhcillo filetero para defenderme, llegué de nuevo a la habitación y la mascara retrocedio al ver el cuchillo y se posó sobre mi Elisa, sabia que no era algo bueno tomé la desición de arrancar esa mascara demoniaca de la cara de mi amada. Y aprobechando que la mascara estaba espantada hundí el cuchillo entre quijada y garganta, la mascara salió flotando y yo abrace a mi hermosa que seguia dormida, entonces reaccioné.
Salí al pasillo y vi como la mascara entraba en la habitación de mi hijo pequeño, corrí para rescatar a mi hijo y comprendí que no llevaba el cuchillo, así que tomé un busto de piedra que hay en el pasillo junto a los libros y entré en el cuarto, vi como la mascara se metia dentro de la cuna y aventé el busto siguiendo su trayectoria, al ver dentro de la cuna la mascara estaba rota y mi niño aun dormia, estaba por salir y un pequeño rostro de diablo me miraba desde el umbral de la puerta, así que sin mas armas tomé al diablillo por el cuello hasta que dejó de moverse.
En ese momento recordé a Elisa y regresé a la habiatación e hicimos el amor como nunca antes, fuí por un poco de agua a la cocina y entonces el fuego que hacia arder la casa hiso que me sintiera muy cansado y creo que me desmayé.
-Bien, queda bajo arresto por asesinato. Y el delirium tremens no es razón para condonarle.solo una noche mas
Aquella noche celebraríamos el tercer año de noviazgo, pero cuatro días antes ella me dijo "hoy terminamos", ¿hoy terminamos? - le dije- , ¿depues de tanto tiempo?. No soy una persona agresiva ni mucho menos posesiva, así que después de algunos intentos por conocer el porque de esta desición acepté y me alejé de su casa, pasé por un bar para olvidarme un poco de esta situación, después de algunos tragos decidí que aquel lugar no era el apropiado para darrienda suelta a mi dolor, así que pagué mi cuenta, me dirigí a comprar una botella de vodka y otra de bermut para dar cuenta de ambas en mi departamento y celebrar el rompimiento, me acabé en martinis ambas botellas y destape otras que habian quedado de diversas reuniones, me pasé toda la noche con mi pena y canciones que habiamos disfrutado juntos, al día siguiente decidí que no era propio presentarme en esas condiciones al trabajo, así que avise y me dispuse a terminar lo que habia comenzado la noche anterior, compré otras botellas y al regresar al departamento recibí la llamada de un amigo, le comenté la situación y el se ofrecio a acompañarme, el aportó con algunas cervezas y un poco de platica un pequeño respiro a mi duelo.
Terminé esa noche con el estomago lleno de alcohol, así que me recosté y perdí el sentido vagando en las estancias de Morfeo. Hoy un aroma acre flota en el ambiente, escucho unos golpes en la puerta, una llave la abre, mi exnovia entra en la habitación, su voz grita mi nombre, la casera y un señor que no conosco entran enseguida, mi exnovia comienza a llorar cuando esta otra persona me revisa y anuncia "debe llevar dos días muerto, se ahogó con su propio vómito".
hoy en tu ausencia
Hermosa mujer, beldad diafana,
mi mano tendí hasta tu espacio
y tan solo acaricié la nada.
Amaré por siempre todo aquello que te rememora,
aquello que me enseñaste y lo que me hiciste olvidar,
amaré tu almohada, tu sábana y tu colcha cobertora.
Interesante arco describieron nuestros cuerpos,
bendita mutilación de nuestro aliento
y ruidosos y sublimes los estertores nuestros.
Hoy en tu ausencia, preciso el decirte que te añoro,
que los sabores que libé de tu propia carne
en mi memoria quedarán guardados como un tesoro.
Aquella última lágrima por ti vertida,
aquel último ósculo y suspiro que se fueron,
aquel último espasmo de pasión prohibida,
aquella mirada trizte de incomprensión,
aquel "dame tu aliento", aquel "dame tu vida",
aquel espárrago a media digestión.
Tu osito de peluche, tu viajar sobre una nube,
aquel "cuando tengamos veintiocho y ambos sigamos solteros",
tu dulce perfume París de Yves Saint Laurent.
Sin embargo, esta noche oscura de eléctrica tormenta
dejaré atrás la última reliquia que de ti me queda,
esta noche mi amor, esta noche por fin, enterraré tu osamenta.
Archivo de audio
Inmolada
Este es el mejor final para el peor día de mi vida. La mañana comenzó dandome una sorpresa, me preparé un desayuno frugal consistente de un poco de estofado, una papa caliente, un pedazo de carne que tanbién calenté y una pieza de pan, cuando ya estaba todo sobre la mesa fui a servirme un poco de agua y resultó que la jarra estaba seca, la tomé y me dirigí al pozo, al llegar ahí el pesado cubo de madera estaba desatado, así que como pude le hise un nudo y lo lancé al fondo, resulto que el pozo estaba hasta la mitad de agua, pero la cuerda se recorrió hasta el final, no la intenté detener para evitar quemarme las manos, así que solo el nudo al final del cabo evitó que se fuera hasta el fondo, en seguida comenzé a tirar de ella, a los pocos metros el peso de la cuerda mojada ya era suficiente para que el frio de la madrugada y mis brazos magullados se esforzaran mucho mas de lo normal, luego el cubo con su pesada carga aumentó la tensión, sentia que mis brazos se rompian con el esfuerzo y cuando el cubo se encontraba casi en la boca del pozo, el nudo cedió y se precipitó de nuevo hasta el agua y yo caí de espaldas, el gancho colgado al lado del pozo evitó que me regresara, así que comencé de nuevo atando el gancho y tratando de pescar el cubo de agua, al final terdé casí una hora en llenar una jarra de agua, cargué la jarra y cuando estaba frente a la puerta llegó mi marido callendose de borracho otra vez, me dió un beso en la mejilla y lo seguí adentro.
Me dijo que el costal de trigo lo dejó en la tienda para que lo vendieran poco a poco y que por esa razón no llevaba dinero, hise solo un mohin y el se enojó, luego segui hasta la mesa y dejé la jarra, el se sentó donde habia dejado mi desayuno y se desató la tempestad, me arrojó el plato con la papa y gritó “esto porqueria esta fria, ¿no puedes ni siquiera tenerme un desayuno caliente?”, arrojó la silla, se plantó frente a mi y me dio un puñetazo en el rostro, luego me tiró al suelo y me pateó muchas veces, luego se detuvo, me levantó el vestido y me cogió sin siquiera hacer caso de mis zollosos, terminó, se abrochó el cinturón y se sentó de nuevo a la mesa, “tapate que no me gusta ver tu pelambrera cuando desayuno, y calientame la comida” me dijo.
Me levanté del suelo, le calenté el estofado y la carne y le serví un vaso de vino mientras que yo permanecia de pie hasta que el terminara, al comerse la carne volcó el estofado y me pidió mas, le serví la ultima porción que guardaba para mi, al finalizar me gritó “al menos podrias tener limpia la casa, te doy techo y comida y tu no puedes hacer ni eso”, se levantó y comenzó a pegarme otra vez, cuando reparó en que tenia sangre saliendo de la boca y la nariz se detuvo, se sentó a mi lado y comenzó a llorar, “sabes que te amo a pesar de estar gorda, no me hagas hacerte esto de nuevo” me dijo, luego me ayudó a levantarme, me acarició el rostro y me besó, me abrozó, me recargó en la mesa y me cogió de nuevo, terminó, me dió un beso y me dijo que se iba a dormir, cuando el ya estaba acostado yo estaba levantando las cosas que se habian caido, “no hagas tanto ruido” me dijo al otro lado del cuarto, terminé de levantar las cosas haciendo menos ruido, tomé el pán y la papa, me serví un poco de agua y desayuné.
Al salir fuí a cosechar mas trigo silvestre, lo llevé al granero, tomé otro costal y lo llené con el trigo ya seco que se encontraba en el barril, hise un poco de harina, busqué mas papas entre el monte, ahi me vió una viuda vecina mia que se pasaba todo el tiempo en la iglesia, me dedicó una mirada de desprecio -al parecer habia escuchado la pelea o habia espiado como era su costumbre- y sigió su camino, ella siempre decia que yo habia embrujado a mi marido, que el antes no era un borracho ni un mujeriego. Segui cosechando y terminé no solo con papas, además encontré algunas fresas, un melón y unas moras, di cuenta de estas ultimas y un calambre recorrió mi espalda, me tiré al suelo hasta que el calambre pasó, luego recogí lo que habia encontrado y regresé, encontré a mi marido cepillando la mula de tiro que utilizabamos para el arado, me dijó que iriamos a la iglesia, que me arreglara, le dije que me dolia la espalda y me miro con ojos asesinos, no dije mas y el no insistio, así que me quedé en casa a surcir la ropa que se habia roto en la pelea, mientras que el se llevaba el nuevo costal de trigo.Tomé el agua para limpiar el suelo y de nuevo el calambre me atenzó y me tiro al suelo, caí en la cuenta que algo le pasaba a mi hijo nonato y que tenia que hacer algo para evitar que las golpizas continuaran, cuando por fin pude moverme ya era de noche, tomé una capa y salí cuando llegué al camino mi marido venia acompañado del parroco y de una amigo, de nuevo venia borracho, le dije que iria a ver a la curandera, el me pegó en la cara y me dió unas patadas, lo cual hiso que el vientre me sangrara, lo detuvo el parroco, yo me levanté y le dije que no volviera a pegarme o la pasaria mal, en ese momento el hijo nonato que llebava salió de mi, mi marido vio como salia su hijo de mi vientre y se desplomó.
El parroco dijo que mi marido estaba muerto, la viuda gritaba “bruja, bruja, la bruja ya esta haciendo sus cosas”, en ese momento el parroco y el amigo de mi marido me agarraron y trataron de llevarme a la casa, la viuda seguia gritando, se formó un grupo que rodeó la escena, algunos llevaban palos, otros llevaban cuerdas, yo estaba llorando, luego la viuda dijo “yo la vi hoy revolcandose en el monte y recogiendo yerbas para matar a su marido”, luego me soltó una pedrada que me dio en pleno rostro, el parroco y el amigo de mi marido me soltaron y el grupo de personas se fueron contra mi.
Me han apedreado, me han apaleado y me han arrastrado hasta la casa, volcaron la mesa y me ataron a ella en el umbral de la puerta, me han arrojado ramas a los pies y le han prendido fuego, ahora duermo.
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“Por no haber salvado la vida de tu hijo has cometido el pecado del asesinato contra un inocente, entra aqui, este será tu castigo”, entré por la puerta que el demonio me decia y vi una habitación con una mesa, una cama, una jarra de agua que siempre estaria vacia, por una ventana se veia el monte, siempre iluminado por el sol, lleno de flores y mi hijo nonato jugando en el, corrí a la puerta y al abrirla una noche eterna y sin estrellas ni luna y un demonio entraba a golpearme y cogerme una y otra vez hasta el fin de los tiempos unas veces con la cara de mi marido, otras con la cara de un nonato, otras con la cara del parroco y las mas horribles con la cara de la viuda vecina mia.
Una vida diferente
Llevo años paseando en las calles empinadas, otras muy sucias, otras con adoquines y las peores las empedradas, pero nunca fáciles calles; o mejor dicho por los bares de esta vieja y populosa ciudad, me dedico a recoger basura para sobrevivir, algunas veces encuentro un centenar de latas de aluminio y eso me basta para pagarme una buena botella de alcohol, otras veces tengo que juntar los periódicos y cartón durante algunos días, la vez que mejor me fue, fuen cuando encontré muchos vidrios que estaban sacando de una bodega que estaban por demoler, el carretón que llevaba jalando desde la madrugada pesaba mucho, pero con ese solo viaje no solo me compré mi botella del día, si no que me compré además otras cuatro, ha, y una merienda. No, mejor dicho la mejor vez fue cuando encontré las botellas llenas que alguien habia tirado, no se por que, tal vez eran las botellas del hijo o una esposa celosa que castigaba al marido o tal vez alguien que se despedia del alcohol para siempre, esa vez regresé sin terminar mi ronda y me puse una borrachera endiablada que duró por tres días y cuatro noches, si esa fue la mejor de todas.
Pero no siempre fui así, antes vivia en una casa muy bonita, sencilla, pero bonita, pintada cada año, con vidrios en las ventanas, con sala, cocina, dormitorio y juegos de mesa, vivia con mis padres y hermanos y aun que heramos 8 todos teniamos nuestra habitación, la mia miraba a un patio interior donde se encontraba un lavadero y el area para secar la ropa. Además tenia un trabajo bien pagado con mi propia mesa y archivero para tener bien ordenados los movimientos contables del area de compras de la empresa; y tenia un coche viejo, aun que siempre bromeaba diciendo que era clásico una grenlim color vino del año 82, algunos decian que ese era el aparador de una carniceria y no por que atropellara gente, mas bien por que dentro se veia un pedazo de buey. En fin, no tenia muchas preocupaciones y estaba siempre rodeado de amigos, pero un día la conocí.
La primera vez la vi bailando con una faldita hawaiana hecha de rafia que ondeaba al compas de la canción que tocaban, yo estaba acompañado por dos amigos y compañeros del trabajo, celebrabamos que uno de ellos se casaria el domingo siguiente, el viejito, así le deciamos por que las canas tempranas asomaban en sus sienes de 30 años, ambos tenian ya acompañantes y yo nunca elegia a la ligera, pero cuando ella se quitó el traje de baño que cubria su busto, unas tetas chicas y firmes llamaron mi atención, ella notó que la miraba con insistencia y le sonreia, así que con señas le indique que me gustaria que me acompañara, en la siguiente canción su faldita de rafia fue a parar a dos cuartas de mi lugar, estaba tentado a quedarmela, pero la madame que las cuidaba llegó inmediatamente a pedirmela, se la entregué sin mirarla por que las puertas del paraiso se erizaban con un hielito que habia tomado ella de mi propio vaso, luego de perderse por un instante lo regreso amablemente a mi bebida, bromeó diciendo que estaba tomando wodka.
Cuando por fin llegó hasta la mesa que ocupabamos me olvide que estaba acompañado y el resto de la noche la pasamos entre cervezas, martinis y bailes privados en una cabina acondicionada para la ocación, le pregunté donde vivia y me ofrecí a llevarla, resultó que vivia sola y que pasariamos por algo para desayunar, unos tragos y una caja de condones, esa madrugada me di cuenta que ella gustaba de la bebida menos de lo que gustaba del sexo, así que intercambiamos teléfonos y nos despedimos del ultimo condón bajo la regadera, en el trabajo estaba feliz, pero cuando llegué a la casa mis padres comenzaron a discutir por no avisar que no llegaria de la despedida de soltero, las cosas comenzaron a ir de mal en peor mientras pasaban los días, yo pasaba mas noches en el departamento de ella que en mi casa, hasta que un día no aguanté mas y me mudé con ella. En su departamento disfrutabamos de nuestros mutuos
gustos, incluso ahí probé drogas mas pesadas de las que conseguia con mi distribuidor de cabecera.
Un día funesto fue cuando cansada de que llevara trabajo a la casa,
ella hiso lo mismo y me pidió que no los molestara, peleamosuna hora
despues y hasta rompimos el florero que le habia regalado junto con el retrato que nos habiamos sacado en la playa un par de semanas antes, esa fue la primera vez que teniamos sexo desde que me habia mudado, en ese momento mandé todo muy lejos y solo me dediqué a tomar, comer y dormir, poco a poco dejamos de salir juntos hasta que una madrugada ella no regresó de su trabajo, yo pagué solo un mes mas por el departamento hasta que fue nesesario salirme, caminé por las calles y dormí en ellas y comí de ellas, el dinero se fue haciendo menos y decidí buscar trabajo, cuando caí en la cuenta que mi aspecto o tal vez el olor no me dejarian encontrar de nuevo un buen tranajo, así que desde entonces me dediqué a la recolección de basura.
Sin embargo algo habia cambiado desde ayer, llevaba mi carretón por una calle particulármente difícil por que en ella viven algunas personas que me conocian y por lo regular me dan algo de comer al tiempo que me tienden miradas de lástima o me dan un poco de dinero, eso lo hace una tia segunda casi de mi edad con la que soliamos ir al parque a jugar a los columpios cuando eramos niños y vivian en la casa de los abuelos, es una calle empedrada donde es dificil jalar el carretón, empedrada de piedras y empedrada de recuerdos y empedrada de tristeza, pero en fin, es mi ruta y tenia que pasar por ahí, al llegar a la mitad donde se encuentran un contenedor verde y otro gris, antes de llegar a la casa de la tia vi un par de bolsas de papeles, alguien habia hecho limpieza de cajones y los vació en dos tremendas bolsas de plastico trasparente, una rapida mirada me decia que no era mas que papeles del hogar, pero se alcanzaba a notar lijeramente unos boletos de la loteria, por instinto los saqué, y me los embolsé, seguí por mi camino, esa tarde soleada no habia una comida ni un poco de dinero extra para mi, así que sin mas ni mas tomé la siguiente calle de la ruta de ese día.
Ya era tarde cuando pasé frente al puesto de billetes de loteria, un changarro de lamina con vidrios al frente y un juego de mantas colgado donde se mostraban los premios del ultimo año, saqué los boletos y comencé a revisarlos uno por uno, los primeros cinco intentos lo mismo de siempre que encontraba algo así, pero el sexto al parecer tenia un premio, revise de nuevo, verifiqué las fechas, los números, la serie, en efecto tenia un premio en ese boleto, un premio que me permitiria tener cuenta en el banco, rentar un departamento, comprarme otro carro clasico como el que tenia antes y poner un negocio sencillo, tal vez de comida, llevé mi carretón a la casucha junto a las vias que me servia de casa desde hace ya mucho tiempo, con su techo de cartón y sus paredes de cartón y su piso de tierra apisonada, la mesita improvisada de pedazos de madera, la estufa improvisada de un pedazo de anafre y una reja de jaula para pájaros, dejé mis cosas, tomé mi dinero y fui a verificar de nuevo el número, cierto, cierto tenia mi boleto premiado, me compré un par de botellas y algo para comer y botanas, pensaba dar una pequeña fiesta para mi y los vecinos de las otras casas de cartón que habia en las vias junto a la mia, regresé a mi casucha y les avisé, todos sacaron sus intentos de sillas improvisadas para tener un lugar donde sentarnos, nunca les comenté por que festejaba, ya estabamos acostumbrados a tomarnos una noche de vez en cuando para olvidarnos con alcohol de las carencias que pasabamos, la velada fue agradable, prendimos el anafre, alguien sacó una grabadora de baterias y pusimos música,
alguien mas sacó una baraja y alguien mas un dominó, así pasamos la velada mientras los que ya se sentian cansados se iban retirando, al final solo quedamos tres, tomé las ultimas tres botellas y puse una en cada par de manos, así que terminamos mas que hebrios, cuando uno de los que me acompañaban se levantó y se marchó a orinar y al parecer se quedó dormido por que escuchabamos sus ronquidos al otro lado de las vias, el otro dijo que ya estaba cansado y que se iba a llevar al otro a su casa, yo puse agua para un cafe bien cargado en el anafre, lo siguiente que recuerdo fueron gritos y llantos de los vecinos, yo tenia el lado derecho quemado, un paramédico me preguntaba por mi estado, al momento me acordé de mi boleto y le prengunté por mis cosas, el simplemente negó con la cabeza y dijo “todo se consumió en el incendio”.
Recordando a Tomas Mann y su Doktor Faustus.
Aquel feliz recuerdo
Después de un fin de semana donde una pareja siguió con su rutina normal y poco después de cenar aun estaban a la mesa.
-Amor...
-Si querida, dime
-Has estado muy cayado, ¿hay algo que quieras decirme?
-Ciertamente que he estado cayado, y ciertamente hay algo que decir, pero no es algo que quiera decir.
Los ojos de ambos se encontraron, el amor podía verse reflejado en sus pupilas, la pasión aun encendía las terminales nerviosas, el deseo aun que imposible de consumar seguía ahí.
-¿Ya no me amas?
-Aun te amo
-¿Es que estoy fea?
-Jamás diré tal cosa
-¿Es que acaso hay alguien mas?
Ahora, los ojos cristalinos, grandes, azules, y vidriosos de lágrimas a punto de emanar, entristecían el bello rostro enmarcado de rubio platinado de la hermosa dama.
-¿Por que no me contestas?... ¿No merezco al menos una palabra?... ¿Que pasará con nuestra relación?... ¿Me abandonaras de nuevo?...
Así terminaban los días de aquella hermosa mujer de cabello rubio platinado, de bellos ojos azules y rostro regio, agradable y lleno de arrugas de mas de noventa años, hasta que los somníferos administrados por los asistentes del manicomio geriátrico la sumergían en los silencios inaccesibles de sus sueños sin poder escuchar jamás la respuesta...
-Si amor, hay alguien mas acá, de este lado del umbral, estamos todos los que aun te amamos.
Desde las sombras
Amor fue aquello que me brindó cuando sin imaginar siquiera que la observaba.
Un amor idílico
Es una noche fría de nuboso cielo, una tormenta lejana presagia lluvia matinal, no tengo ganas de regresar a casa a solo dejar pasar otra noche en la soledad mientras leo o vacío otra botella de tinto, pero es invierno y muchos ciudadanos -incluso muchos de mis conocidos- han viajado al norte a pasar días mas cálidos, tal vez al desierto o a perú, he escuchado que algunos gustan de pasar sus días en Bariloche. En fin, no hay muchas opciones, una carpa de artistas itinerantes presenta una función de comedia ligera, en el teatro del pueblo se presenta un cuarteto de cuerdas que tocarán música de cámara de Mozart, la feria que se instaló al lado del panteón esta apagando sus luces -tal vez por culpa de la tormenta-, la librería con cafetería no tiene mas que un cartel del último libro de moda “Los versos satánicos” de Salman Rushdie.
Las opciones son muy escasas, así que me encamino a la librería y pienso en el género del libro que compraré, pero la cara sonriente de Margaret Tacher y su autobiografía me hacen pasar de largo -Para mi las Islas malvinas siempre se llamarán así-.
Sigo adelante y entro al teatro para ver el programa, solo algunos movimientos de “Apolo et Iasintus” y “Orfeo” son los únicos que me interesan, decido que no estoy de humor para dormirme con el resto del programa y doy la vuelta, al llegar al vestíbulo una llovizna cae en las calles, saco un cigarrillo mientras pienso en la siguiente opción, llegan al teatro algunas parejas, dos o tres familias, algunos grupos escolares y personas solas que se vieron en mi misma situación.
Después del cigarrillo levanto las solapas del saco y me encamino a la carpa, paso por la tienda y compro algunas viandas y un par de botellas de “Gran tarapacá” del 82, al salir de la tienda dos jovencitas entran, les cedo el paso y dan las gracias entre risitas nerviosas.Llegando a la carpa una mujer delgada un poco entrada en años y con un escote llamativo atrás de una mesita de madera me cobra la entrada, elijo un lugar en la última fila de asientos mientras un cómico cuenta chistes al frente mientras la carpa se llena un poco mas, poco tiempo después comienza la obra con tres cómicos de “un cornudo agradecido” muy a lo Moliere o Servantes, con una gran carga de chistes de actualidad política, entre los presentes ubico a algunos de los que estaban por entrar al concierto, “Valla que es un pueblo pequeño”.
Poco antes de que “el marido con dudas” le propusiera a su mejor amigo tentar a su esposa una melodiosa voz en el asiento de mi lado derecho entre la pared del vagón y yo comenta “es un poco lenta pero algo entretenida, ¿no lo crees?”, “en efecto”. Dos lineas de dientes muy blancos ligeramente desalineados sonríen abiertamente en un rostro juvenil con poco maquillaje.
“A mi me gusta un poco mas de acción”, miro nuevamente hacia ella para asentir, cuando el movimiento de su mano deja ver que el libro que tenia sobre sus piernas era “Justine” de el marques de Sade.
Ahora sus labios gruesos y ojos muestran una actitud pícara, me toma la mano y la coloca sobre su pierna, se la acaricio al tiempo en que levanto poco a poco su falda tableada.
Ella se acomoda en la banca y tapa discretamente con su libro mi brazo y pierna, al tiempo que se recarga en mi hombro.